Gabriel Tandis, de 46 años salió de su casa de Villa Fiorito, partido de Lomas de Zamora, en la mañana del miércoles 27 de noviembre para ir a trabajar y nunca volvió.
Tandis, es pintor y la última vez que se lo vio vestía una remera bordó, un pantalón corto celeste y ojotas naranja. Llevaba una mochila que tenía un pantalón cargo azul, una remera blanca, un buzo gris con capucha y zapatillas negras Nike.
Tandis se había quedado sin trabajo, un dato al que la familia tuvo acceso tras una investigación de la Policía de la Provincia de Buenos Aires que descubrió que el pintor estaba contratado en negro y lo habían despedido de una obra.
El 4 de diciembre su hermano hizo la denuncia por “averiguación de paradero”, pero en la comisaría no se la tomaron, tuvo que ir la esposa con su hija para que arranque la investigación.
En tanto varias personas se comunicaron para avisar que lo vieron en lugares del barrio porteño de Once, aunque Gabriel no se llevó su tarjeta SUBE ni su celular. Los investigadores creen que viaja pidiéndoles a los colectiveros que lo dejen pasar.
Una mujer, en tanto, aseguró haberlo visto en un supermercado y otra persona afirmó haberlo visto el domingo 1 de diciembre a las 15.00 en la zona de Constitución: “Lo describió muy bien y lo vio desorientado. Esto se lo avisé a la Policía”, dijo la testigo.
El pintor tienen tres hijas de 27, 14 y 9 años. Rocío, la mayor es quien se está haciendo cargo de la búsqueda ya que su madre tiene problemas de salud.
“Mis hermanas están destruidas porque su papá hasta les preparaba el desayuno. Ahora va a ser abuelo y prometió que iba a pintar la pieza”, lamentó. Al mismo tiempo, lo describió como “una persona tranquila que te daba hasta lo que no tenía”.