Un homenaje a su papá: hará 500 tatuajes gratis para familiares de víctimas del coronavirus

Marcos de Fiore es un tatuador de Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires, que perdió a su padre por el Covid -19. Cómo se organizará.


Giuliana Trezza / AUNO

Basta con preguntarle a una persona por qué se hizo un tatuaje para descubrir una historia de impacto emocional detrás. El caso de Marcos de Fiore es muy especial.

Marcos es tatuador y una semana atrás su papá, Raúl de Fiore, murió por el coronavirus. Pese al desconsuelo, puso en marcha una iniciativa muy particular: tatuará gratis a 500 personas que hayan perdido a seres queridos por el covid-19. Un corazón con barbijo y una aureola de ángel es el logo que diseñó para homenajear a las víctimas de esta pandemia. 

Mientras mi papá estaba internado, pensaba que iba a tatuarlo a él cuando se recuperara, como un símbolo de su lucha. Lamentablemente, se dio vuelta todo y terminé pensando el tatuaje como un homenaje para él y para todos los que pelearon con la enfermedad”, cuenta Marcos, que se dedica a tatuar profesionalmente hace cuatro años y se describe como un amante del diseño. “Al principio tenía en mente un barbijo con un corazón, pero me parecía que estaba vacío, no me llamaba la atención. Así que me senté en el sillón, empecé a dibujar y en cinco minutos salió este dibujo”.

El Proyecto

Con barbijo y potes de alcohol en gel a disposición, Marcos de Fiore tatuará a las 500 personas en su local de Lomas de Zamora, Reina Victoria Tattoo. Debido a las formas que impone la pandemia, organizará pequeñas tandas por día divididas en turnos cada 20 o 25 minutos. 

Por ser un trabajo con la piel, los protocolos siempre estuvieron pero ahora se acentuaron. Ya empecé a tatuar a la primera tanda de gente. Además, tengo armado el logo en un panel grande, donde quiero que cada uno firme en homenaje a su ser querido, para después encuadrarlo y ponerlo en el estudio”, explica Marcos, la primera persona en tener el tatuaje.

El diseño está pensado para ocupar no más de cinco centímetros de piel y realizarlo en apenas diez minutos de trabajo. Es un dibujo pequeño y sencillo, pero que al cabo de poco tiempo y en poco espacio, dice mucho.

Lo cierto es que 500 es un número ambicioso y los precios de los insumos para tatuar están atados al dólar. Afortunadamente, Marcos consiguió una ayuda importante para esta iniciativa. Al enterarse del fallecimiento de su papá y del plan que tenía en mente, su proveedor quiso ser parte y le brindará todos los materiales que necesite.

La fuente de inspiración

Raúl Osvaldo de Fiore tenía 62 años y aunque hacía un tiempo que había dejado de fumar su hijo Marcos cree que quizás este factor hizo que su cuadro clínico se complicara.

Raúl Osvaldo de Fiore papá de Marcos

El tatuador, de 35 años, y su padre mantenían una buena relación hasta que, hace ochos años, sus padres se separaron. “Desde ese momento nos distanciamos. Nos veíamos muy poco y la relación estaba tensa, yo me puse del lado de mi vieja. Por suerte, de a poco, fuimos recomponiendo el vínculo, pero siento que nos quedó mucho por hablar”, revela.

A partir de este proyecto, se conecta con la profesión desde otro lugar. Los tatuajes son su pasión y de ahora en más, también una forma de consuelo. “A mi viejo no pude decirle todo. Busqué la manera de sacarme ese nudo que tenía en la garganta y de que todo el mundo sepa lo que yo siento por él. Encontré la forma de expresarme desde mi trabajo, diseñar y tatuar, que es lo que yo sé hacer”, se sincera.

Obviamente no le cargo la culpa a nadie de lo que me pasó a mí, pero cuando veo en la plaza a los pibes y pibas compartiendo el mate o tomando cerveza juntos como si no pasara nada me indigno. Hasta que no les toque, no lo van a entender”, hace su descargo el tatuador.

Como muchos de los contagiados y las familias que los acompañan, vivió la crisis sanitaria y las consecuencias en el sistema de salud de primera mano.  

Por la situación dolorosa que le tocó vivir, Marcos de Fiore asegura que la enseñanza que le dejó la pandemia es “disfrutar a los que nos rodean y aprovechar el tiempo. No sé lo que me espera mañana y me quedó la sensación de que no somos nada, por eso hay que vivir el presente y disfrutar”.

Otra razón común para hacerse tatuajes es tapar cicatrices. La propuesta de Marcos viene a romper esta noción de la tinta encubridora. El corazón con el barbijo y la aureola es una “cicatriz” diseñada exclusivamente para lucirse en el cuerpo. Cuando a cada una de las 500 personas le pregunten por el significado del tatuaje de cinco centímetros, contarán que es un homenaje a su ser querido fallecido por coronavirus. Marcos de Fiore, además, contará que es la carta de amor y de despedida a su padre.

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